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Chamanismo: la Prehistoria, Oriente y Egipto

Chamanismo prehistórico.
La existencia de un substrato chamánico prehistórico en el Viejo Mundo fue hace tiempo sugerida por H. Kirchner (1952) y K. J. Narr (1959). Ambos recogen la evidencia arquelógica de prácticas chamánicas en los tiempos neolíticos y sugieren un origen común para Oriente y Europa en el desarrollo y expansión de la última cultura paleolítica desde las estepas del S.O. de Siberia. Pero parece que aún podemos remontarnos más atrás. Las cuevas paleolíticas de sur de Francia, España y norte de Africa contienen sus paredes motivos pintados que recuerdan muy de cerca a los que decoran las paredes de las yurtas de los chamanes siberianos. Entre sus figuras destaca la del famoso Hechicero de los Tres Hermanos en la gruta del mismo nombre descubierta en el sur de Francia con pinturas del Paleolítico superior, y cuya indumentaria recuerda poderosamente a la del chamán. Figuras similares se han encontrado en otras tantas cuevas paleolíticas.



En la Península Ibérica se han identificado en escenas del arte rupestre levatino del Epipaleolítico y comienzos del Neolítico figuras antropomorfas tocadas con máscaras vegetales de diverso tipo y otras que están encaramadas a las copas de los árboles sin que parezcan ejercer ninguna actividad de recolección (frutos, huevos de los nidos de los pájaros) y que han sido interpretadas como chamanes. En una representación bien conocida del abrigo de La Higuera del Barranco (Alcaine, Teruel) dos figuras humanas se encaraman sobre un árbol y sobre ellas se han dibujado dos huecos ovalados, habiendo en el superior de ellos hasta cinco minúsculas representaciones antropomórficas más, en lo que se ha querido ver un ritual de tipo chamánico, bien de iniciación o de rescate de las almas de los cazadores muertos (J. F. Jordán Montés, "Diosas de las montañas, espíritus tutelares, seres con máscaras vegetales y chamanes sobre árboles en el arte rupestre levantino español", Zephyrus, 51, 1998, pp. 117 ss). Toda la escena está presidida por un gran ciervo que se superpone en la parte inferior del árbol.

Vestigios de chamanismo en Oriente y Egipto.
K. Karitz (1971) y E. A. S. Butterworth (1970) han detectado la existencia de un antiquísimo fondo chamánico en algunas de las ceremonias descritas en el sumerio Poema de Gilgamesh. De igual forma, un tema tan generalizado en el mito y la religión del antiguo Oriente, representado una y otra vez en el arte y la literatura, como es el del Arbol de la Verdad y el Arbol de la Vida está muy estrechamente asociado con un elemento que desempeña un papel central en la cosmología del chamanismo, como es el Arbol del Mundo o el Arbol Cósmico, vinculado con buena parte de los poderes que posee el chamán. Pero, como ya había observado Mircea Eliade (1960: 219 ss): “importa recordar desde ahora que en un sin número de tradiciones arcaicas el Arbol Cósmico, expresando el propio carácter sagrado del mundo, su fecundidad y su perennidad, se halla estrechamente relacionado con las ideas de reacción, de fertilidad y de iniciación y, en última instancia, con la idea de la realidad absoluta y de la inmortalidad. El Arbol del Mundo se convierte así en el Arbol de la Vida y de la Inmortalidad”. Y como también observa M. García Cordero (1977: 32): “en realidad no es difícil establecer una relación conceptual entre el `Arbol de la Vida´ que debía conferir la inmortalidad y la `Planta de la Vida´ que proporciona el rejuvenecimiento en busca del cual se fue Gilgamesh a la desembocadura de los ríos...”.

El rol de la serpiente en un contexto herbario de hondas raíces chamánicas aparece, por cierto, en el ya citado Poema de Gilgamesh (Tab. XI, 265 ss.), en el que el héroe desciende hasta el fondo del mar para conseguir la “planta de la vida” que confería el rejuvenecimiento y que le es finalmente arrebatada por una serpiente mientras se bañaba en una laguna:

Utnapishtim se dirigió a Gilgamesh diciéndole: -Gilgamesh, viniste aquí penando y esforzándote. ¿Que te entregaré para que regreses a tu tierra?. Escucha Gilgamesh, te voy a revelar una cosa oculta y te voy a decir un secreto de los dioses. En el fondo del agua hay una planta. Esta planta como el zarzal es su (...). sus espinas hieren las manos y pinchan como el rosal. Si tus manos obtienen esta planta, ¡tú hallarás nueva Vida!-
En cuanto Gilgamesh oyó esto, abrió el arca de agua, ató pesadas piedras a sus pies y se hundió hasta el fondo de las aguas donde vio la planta. Arrancó la planta aunque está pinchó su mano, luego cortó los lazos que amarraban las piedras a sus pies y el mar lo lanzó a la orilla. Gilgamesh habló así a Urshanabi, el batelero: -Urshanabi, esta planta es una planta excepcional, gracias a ella el hombre puede reconquistar el aliento de su Vida. La llevaré a la amurallada Uruk; haré que coman la planta. Su nombre será “el hombre se hace joven en la vejez”. Yo mismo la comeré y así volveré al estado de mi juventud. Al cabo de veinte leguas comieron un bocado, después de treinta leguas más se prepararon para pasar la noche. Gilgamesh descubrió una fuente cuya agua era fresca. Descendió hasta ella y se baño; mientras tanto una serpiente olfateó la fragancia de la planta, salió del agua y la arrebató. Al retirarse mudó la piel.” (TRAD. F.Lara).

Un dios serpiente aparece también en epoca de Gudea, ensi de Lagash y Girsu durante el llamado “renacimiento sumerio”. Su nombre era Nin-gis-zi-da, lo que significa “señor del Arbol de la Verdad”.



Muy recientemente se ha llamado la atención sobre la presencia de ciertas formas geométricas en el arte mesopotámico antiguo que podrían responder al visiones de carácter entóptico originadas por los mecanismos neurofisiológicos propios de estados alterados de consciencia y experiencias de trance de índole chamánica: "Shamash, Ishtar and Igigi - Floater structures in ancient Mesopotamia".

En el antiguo Egipto, el desmembramiento del cadáver de Osiris evoca una vieja práctica frecuente en el rito de iniciación de un aspirante a chamán. Anubis, el chacal, que introduce a los muertos ante el juicio de Osiris, tiene fuertes resonancias iniciáticas y su carácter psicopompo, o de conductor de las almas, ha podido favorecer su posterior identificación con Hermes, de quién se ha señalado su primitiva índole chamánica, lo que resulta en buena medida significativo. Precisamente en los rituales de animación de la estatua del difunto Anubis ocupaba un destacado lugar. En estos ritos el papel del sacerdote Sem, que representaba el hijo sucesor del muerto convertido en Osiris, era esencial. Cubierto enteramente con una piel de vaca en el Reino Antiguo que en el Nuevo Imperio era de pantera. Delante de la estatua simulaba un sueño cataléptico en el que su espíritu volaba para hacer volver a la momia el espíritu errante del difunto. “El sacerdote Sem operaba como los chamanes médicos que viajan en las esferas del más allá para hacer volver el espíritu de sus pacientes” (Schwarz, 1988: 81).

Recordemos que según las creencias de los antiguos egipcios, el alma del difunto, antes de experimentar la regeneración y la resurrección en la otra vida, atravesaba por un estado de inercia vegetativa, del que salía gracias a la solarización, y en el que era extremadamente vulnerable a la amenaza y el veneno de la serpiente Apofis, que representaba el dragón subterráneo, imagen de las fuerzas caóticas del mundo, que lleva las almas hacia el abismo. Muchos de los terrenos de los jardines de los templos donde se cultivaban los árboles sagrados estaban asociados a una serpiente que podía aparecer, en determinadas circunstancias, como uno de los aspectos del dios Seth, enemigo de Osiris. Precisamente los trances chamánicos de descenso al Mundo Inferior suelen estar acompañados de visiones de serpientes y otros reptiles que encarnan a los espíritus adversos. Aunque el ritual egipcio de animación de la estatua-momia no era propiamente un rito chamánico, si evoca, en cambio, significativas conexiones con un contexto de magia chamánica destinada a guiar el alma de los muertos.

Por otra parte, Anubis es el primero que revela a los dioses y a los hombres la forma de renacer. Sus misterios parecen anteriores a la religión agrícola de Osiris, y sus técnicas, en las que desempeñaba un importante papel un sueño letárgico sobre una piel de vaca, evocan el extásis chamánico de las iniciaciones mágicas en las sociedades de cazadores (Schwarz, 1988: 188). En efecto, entre los chamanes poseer la piel de un animal que representa un espíritu adverso aumenta considerablemente su poder. Además de sus facultades regenerativas, la piel se convierte en un elemento protector y en un factor de transfiguración, en tanto que el enemigo vencido es ahora un colaborador. Tal vez el origen del sarcófago, una segunda piel para el difunto, que ya figura en el mito de Osiris, guarde relación con todo ello.

Finalmente también se ha llamado la atención sobre una serie de símbolos y temas en los textos y el arte del antiguo Egipto que podrías estar conectados con prácticas de tipo chamánico ("In the Eye of Ra - Floater structures in the visual arts of ancient Egypt"):

"According to Egyptologists, the religious traditions of Egypt are about priests ritually worshiping the gods in temples and on the occasion of festivals; the divine representation of the king; and individual practices of magic, as well as funeral and death cults. The Egyptians seem to have lacked practices remote of everyday life like meditation or ecstasy – they seem to have lacked shamanic elements (Assmann 2003, 1984).

A closer look, however, reveals shamanic symbols and themes in texts and illustrations, such as the hybrids of humans and animals, the powerful and creative position of androgynous beings, the adoration of arts and crafts (especially metal working), as well as the symbol of the ladder for the ascent or descent of souls to the heavens or the underworld (Stutley, 2003). Another indication is the use of mind-altering plants. Some cults such as the “festival of drunkenness” to honor the goddess Hathor at Dendera included drinks like beer or wine, music and dance (Assmann, 1984). There is evidence that ancient Egyptian alcoholic beverages have been enriched with hallucinogenic plants like wormwood, mandrake or henbane (Rätsch, 2004; Balababova et al, 1992). 

Finally, recent findings of Upper Paleolithic rock art in Egypt, which is similar to European rock art previously linked to trance states (Huygen et al, 2007; cf. Tausin, 2006a), suggest yet another reason to assume shamanic influences on ancient Egypt culture. Since abstract symbols in stone age rock art such as circles, dots and lines can generally be found in all of North Africa (Ravilious, 2010), it is also possible that some symbols of Egyptian art could have been imported from other regions. A promising site would be Tassili n’Ajjer in Algeria, containing one of the largest collections of stone age rock and cave paintings and engravings, which are attributed by some researchers to shamanic trance experiences induced by hallucinogenic mushrooms. Similarities between the Tassili rock art and the ancient Egyptian visual arts may be explained by possible contacts of (predynastic) Egyptians to the ancestors of the Algerian Tuareg (Coppen 2010). For example, concentric circles or dotted disks are part of the ancient scripture found in Tassili (Tifinagh), as well as part of the Tassili visual art. This Neolithic signs could have spread to Egypt and developed into the Egyptian hieroglyphic and abstract representation of what become known as “Aten” or “sun disks”. It may be the very same entoptic sun disks we experience, stare at, or even meditate on, in our visual field". 


4 comentarios:

Macehual Mazateco dijo...

Felicidades! gran trabajo de investigacion y recopilacion muy necesario para los estudios enteogenicos.
Yo tengo dos obras sobre estos temas:
Teonanacatl y La Huerta del Macehual
del primero les podria enviar un ejemplar impreso ( philipconover@hotmail.com) y el segundo lo pueden bajar en www.peregrinoenelcamino.blogspot

Carlos G. Wagner dijo...

¡Muchas gracias!, es el resultado de muchos años de trabajo. Me encantará leer sus libros.
Saludos muy cordiale.

Pedro dijo...

Es un blog espectacular, bastante completo y con información de primera. Muy bueno trabajos Carlos Wagner, esperemos que el estudio y la tolerancia hacia las plantas sagradas crezca con este tipo de lecturas que son las que se necesitan para conocer de manera objetivo todo ese maravilloso mundo de la naturaleza psicodélica.

Saludos desde Ecuador. Comencé un blog donde hablo bastante también sobre el tema. Su blog ha resultado de gran ayuda y guía, muchas gracias! espero poder contactarlo algún día si estoy por Madrid. le invito a recibar mi blog:

http://trichocereuspachanoi.blogspot.com/


Carlos G. Wagner dijo...

Muchas gracias por tus palabras, amigo. Un saludo.




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