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La identificación botánica del Soma

Sin duda alguna, la prehistoria cultural védica debe haber conocido una fenomenología extática bastante rica y más de una planta sagrada de la que extraer alcaloides, aunque la religión brahamánica monopolizó, mediante la elaboración de un ritual especializado y complejo, la experiencia extática vinculada a Soma. Con todo, la planta sagrada originaria, que al parecer se recogía en sitios montañosos, acabó siendo reemplazada ya que, al contrario que en las tierras originarias de los indoeuropeos, no crecía en la India.

Indra el distribuidor de beneficios, conoce el deseo del que le adora; y tú, que has realizado muchos actos pìadosos con la planta soma recogida en las pendientes de las montañas, tú Indra, ven con la tropa de los Maruts”. (Rig Veda, III, 3, 2. TRAD. J.B. Bergua)

Está claro que poseía propiedades que la convierten en la bebida de los dioses. Fue descubierta por Indra, según se cuenta en el mismo Rig Veda:

“Indra halló el tesoro del Soma que había sido llevado del Cielo y escondido como el nido de un ave en las rocas, había sido colocado en medio de montañas rodeadas de bosques; deseoso de participar de esta bebida el dios que posee el rayo, la descubrió como el jefe de los Angirasas descubrió el lugar en que habían sido escondidas las vacas: abrió las compuertas del agua, el manantuial del sustento, que estaban cerradas en las nubes, y las derramó sobre la Tierra”. (Rig Veda, XIX, 4, 3. TRAD. J.B. Bergua)

Bebiéndo su jugo dulce y embriagador los dioses adquieren vigor y fortalez, así como una forma especial de inteligencia:

Estos jugos puros del soma son vertidos para satisfacción del que bebe las libaciones.
Indra, tú que realizas buenas obras, has adquirido de repente un vigor más grande bebiendo la libación, y por ello eres el jefe de los dioses.
Indra, que eres
el objeto de las alabanzas, que estos jugos penetrantes del soma entren en tí; puedan en verdad servir para hacerte obtener la inteligencia superior”. (Rig Veda, II, 2, 5. TRAD. J.B. Bergua)

“Ven, Indra, a asistir a nuestras ofrendas con tus caballos de largas melenas; nosotros te invocamos después de heber vertido la libación.
Acepta nuestras alabanzas, ven anuestros sacrificios, bebe como un ciervo sediento. Los jugos del soma son vertidos sobre la hierba sagrada; bébelos, Indra, para reafirmar tu vigor” (Rig Veda, IV, 5, 4. TRAD. J.B. Bergua)

“Poderoso Indra, haz caer del Cielo sobre los reinos de la Tierra la lluvia que sostiene al mundo; animado por el jugo del soma tú has ahuyentado las aguas de las montañas y tú has aplastado a Vritra bajo una roca sólida”. (Rig Veda, X, 6, 6. TRAD. J.B. Bergua)

“Este vigorizador jugo del soma que fue traido (del Cielo) por el gavilán te ha animado tanto por sus alegres libaciones, que, con tu vigor, heriste a Vritra, arrojándole del Cielo, y manifestaste (Indra) tu soberanía”. (Rig Veda, XIII, 7, 2.TRAD. J.B. Bergua)

“El jugo del soma ha sido exprimido para tí, !oh Indra!. Acercaté tú que humillaas a tus enemigos; pueda la libación llenarte de vigor como el Sol llena el firmamento con sus rayos.
Que los caballos de Indra, cuya pujanza es irresistible, le lleven para que pueda recibir las alabanzas y los sacrificios de los hombres y de los sabios.
!Oh tú!, que has matado a Vritra, monta en tu carro, porque tus caballos han sido enganchados por la plegaria; pueda la piedra que machaca el soma atraer mediente su ruido tu espíritu hacia nosotros.
Bebe, Indra, esta libación excelente e inmortal; las gotas de esta límpida bebida corren hacia tí en la cámara de los sacrificios”. (Rig Veda, XIII, 11. TRAD. J.B. Bergua)

“Que te animen, !oh Vayu!, las gotas embriagadoras de la libación; el zumo del soma, preparado convenientemente, administrado con oportunidad y vuelto eficaz por nuestras oraciones, correrá en el momento necesario...” (Rig Veda, XX, 1, 2.TRAD. J.B. Bergua)

Los dioses se manifiestan en el sacrificio del Soma como “formas doradas vestidas con trajes de luz”. ¿Se trata de una descripción de las visiones proporcionadas por la ingestión del soma?. En cualquier caso, su efecto es también el de “arrebatar”, “transportar”, como le ocurre al mismo Indra después de haberlo bebido:

“En el trasporte causado por el soma, Indra, armado del rayo, rompió la nube que contenía la lluvia; entonces las aguas de los ríos se dirigieron hacia el mar, como los pájaros se dirigen hacia sus nidos” (Rig Veda, XXVI, 8, 2.TRAD. J.B. Bergua).

Los intentos por identificar esta planta misteriosa tienen más de doscientos años. Se ha sugerido otras tantas veces que podría tratarse de Rheum palmatum, Asclepias viminale, Ephedra pachyclada, Ephedra sinica, Cannabis, “ruda siria” (Peganum harmala) o beleño, entre la veintena de indentificaciones propuestas, y no falta quien considera que se trata de un planta mítica que sólo ha existido en la imaginación de los brahmanes. Corresponde a R. Gondon Wasson, creador de la etnomicología, el mérito de haber identificado el principio activo del Soma, la pócima ritual de los textos védicos.

Los dioses que orinan el Soma embriagador.
En 1968 Wasson propuso por primera vez que no había nada en el Rig Veda, inconsistente con la idea de que el Soma no fuera originalmente otra cosa que Amanita muscaria, un hongo enteógeno que contiene el potente alucinógeno muscimol y que se ha utilizado abundantemente en los ritos chamánicos. Ello cuadraba bien con las descripciones de una planta sin hojas, raíces, semillas, ni flores, y que brota en la estación de las lluvías, que no puede ser otra cosa que un hongo. Pero, ¿porqué amanita muscaria?. Algunas referencias védicas sobre el Soma y la orina parecen apuntar con fuerza en esta dirección. Uno de los pasajes del Rig Veda (IV, 5, 4-6) alude al dios Indra que bebe el soma “como un ciervo sediento” y lo expulsa en su orina, tras lo cual adquire su más poderosa fuerza, exactamente igual que en los ritos del chamanismo siberiano.

Analizada la información de los Vedas, parece probable que el Soma original se elaboraba a partir de algún tipo de hongo seco de propiedades psicoactivas. Un hongo enteógeno, como se dice ahora. ¿Porqué se hacía tan dificil entonces su identificación?. En parte, porque los infructuosos intentos se habían realizado siempre sobre la base de los sustitutos del Soma original, como aparecen en los comentarios a los Vedas y los Brahamanas, escritos después del 800 a. C., mientras que Wasson se ha basado sólo en la evidencia procedente del Rig Veda, pero también, como comentaría más tarde R. Graves porqué "los escolares clásicos de mente pura han cerrado sus ojos hasta ahora a la posibilidad de que el escritor de los Himnos Védicos quería decir exactamente lo que dijo con: los grandes dioses orinan juntos el soma encantador:” (R. Graves: "Los hongos y la religión, 1984). En efecto, fue este punto el que permitió mostrar el nucleo más consistente de la argumentación de Wasson.

La amanita muscaria había sido utilizada ampliamente por el chamanismo siberiano desde tiempos remotos. Los primeros relatos etnográficos y las investigaciones posteriores estabecieron con claridad la relación entre la seta, que crece bajo las coníferas y abedules, los renos y sus pastores. Una de las formas, precisamente, en la que los koriaks siberianos ingerían el hongo era a través de la orina de quien lo había tomado primero. También era apreciada la orina de los renos de sus rebaños, que gustaban de enervarse con la ingestión del hongo.

Una leyenda tibetana que trata del origen del amrita, sinónimo budista de Soma, nos muestra al protagonista bebiendo la orina del “demonio” Rahu, cuyo veneno amenazaba a la humanidad, después de lo cual adquiere un aspecto aterrador, volviéndose de color azul y adornado con serpientes, lo que utiliza eficazmente en su lucha contra aquel y los restantes demonios. De acuerdo con M. Crowley, Vajrapan no bebió otra cosa que Soma, y ya que “de todas las drogas en uso en todo el mundo sólo A. muscaria implica la práctica de la bebida de orina como una norma cultural”. Ello refuerza enormemente la identificación porpuesta por Wasson. Asimismo se ha demostrado que el más antiguo sustituto del Soma original en la India era también un hongo, lo que contribuye a afianzar la credibilidad en su teoria.

La alternativa.
Por supuesto, no todos han aceptado la interpretación de Wasson sobre el Soma. D.S. Flattery y M. Schwartz (1989), por ejemplo, han escrito un documentado trabajo en el que sostienen que Soma no era otra cosa que las semillas de la planta conocida como “ruda siria” (Peganum harmala), volviendo así a la proposición que Sir William Jones realizara nada menos que en 1794. R. Bedrosian, sin embargo, en otro trabajo publicado en Internet, ha contestado esta hipótesis argumentando que la “ruda siria” es más un potenciador de los efectos de los hongos psicoactivos (o enteógenos) que otra cosa, ya que sus efectos no pueden compararse con los del Soma. Su argumento, sin embargo, debe tomarse con precaución pues, una vez más, es todo cuestión de dosis.

Cuando estas son moderadas produce relajación, visiones con los ojos cerrados y, en ocasiones, un estado de alegre embriaguez. Nada de esto tiene que ver con los efectos del Soma. Pero dosis más altas, de unos 15 gr de semillas, pueden inducir estados similares a los provocados por el LSD. También el cannabis de excelente calidad y en grandes dosis puede resultar alucinógeno, lo mismo que el beleño negro que también provoca ingravidez. Parece más razonable rechazar la hipótesis de estos dos autores en base a otras consideraciones. Si el Soma no era otra cosa que las semillas de “ruda siria” entonces encuentra muy mala explicación el jugo que surgía de machacar la planta, a no ser que se trate de un añadido, lo que parece forzar el argumento. Y sobre todo, la asociación de Soma con la orina, vuelve a perder todo sentido.

Mucho más recientemente se ha propuesto la identificación de la planta Soma con Nelumbo Nucifera, sobre la base de los mitos y el arte de la India y del Sureste asiático (A. McDonald, "A Botanical Perspective on the Identity of Soma (Nelumbo Nucifera Gaertn.) Based on Scriptural and Iconographic Records", Economic Botany, 58, 1, 2005, pp. 147-173). También conocida como loto sagrado, loto asiático o loto de la India es una planta acuática levemente tóxica que se fumaba o tomaba en infusiones o diluida en vino por la sensación de ligera euforía que produce. No obstante, no se han reportado hasta el momento, a pesar de su amplia utilización ornamental y gastronómica efectos narcóticos o alucinógenos, por lo que es dificil admitir que produjera los efectos que los textos vedicos le atribuyen a Soma. Por lo que se comprende que la identificación con Amanita muscaria, incluso desde otra perspectiva que implica su consumo en la antigua religión budista, siga teniendo valedores (S. Hajicek-Dobberstein, "Soma siddhas and alchemical enlightenment: psychedelic mushrooms in Buddhist tradición", Journal of Ethnopharmacology, 48, 2, 1995, pp. 99-108).

2 comentarios:

Xochi dijo...

leí o escuché una vez por a´hí qel soma indio u haoma persa eran una combinación principalmente de el arbusto efedra y de la hoy día llamada marihuana, aunque allí es la índica, a nos de esta parte del atlaántico solo podemos apreciar la industrial sativa.

Carlos G. Wagner dijo...

En efecto, pero se trata de un sustituto del soma original, aquel que los primeros indoeuropeos trajeron desde los lejanos Altai, su país de origen.




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